Nos adentramos en la Alcarria Alcalaína, un gran balcón sobre la vega del Henares, que llena nuestra vista de horizontes infinitos. Tierra de fiestas arraigadas a antiguas tradiciones agrícolas. Un paisaje para contemplar desde la lejanía, en largos paseos a caballo o bicicleta, ya que ofrece estampas de amplios parajes con suaves colinas y llanos cubiertos de cultivos.

Ven a descansar: golf, hípica y senderos por los que realizar bonitas rutas en bici MTB/BTT, es todo lo que te está esperando aquí, junto con la riqueza patrimonial de estas poblaciones llenas de encanto rural.

El canto de los pájaros, el olor de las higueras, gatos huidizos, plazas tranquilas cobijadas a la fresca sombra de los árboles. Así es este rincón de Madrid. Un paisaje alcarreño que se confunde con el manchego.

Grandes chopos solitarios jalonan las tranquilas y solitarias carreteras por las que discurrirá tú viaje, recordándonos a esos cuentos, en los que algún mago errante, descansando bajo su sombra protectora, le concede un deseo al caminante solitario que se presta a ayudarle. Pueblos de campos de cereales y olivos, en los que los campanarios siguen marcando las horas y las vidas de sus paisanos.