La Huella de los Oficios por Morata de Tajuña, Tielmes, Carabaña

Morata de Tajuña

La Isla de Taray

El lugar es un pequeño sueño en medio de la vega. Un soplo de silencio y calma. Nos cuentan que antaño hubo una importante papelera que perteneció a la familia del político José Canalejas, pionera en utilizar el papel continuo; después se instaló un taller de cardado de borras y una escuela de cerámica que adornó con azulejos toda la isla. Ahora permanecen en pie algunos talleres, además de una residencia de ancianos y una pequeña capilla dedicada a la Santina. El recinto rezuma tranquilidad y belleza con atractivos rincones como las plazas de los Artesanos, con una reproducción de la Virgen de Covadonga, y la de la Amistad, donde crece un monumental plátano de 40 metros de alto y 160 años de vida. En definitiva, un evocador oasis poblado de aves, plantas y sobre todo de tarayes, arbusto de hoja menuda y flores en espiga que da nombre al paraje.

 

Tielmes

Ruta de las fuentes y los Miradores

Muestra el patrimonio visual y ganadero del pueblo a través de una serie de fuentes-abrevaderos y puntos de observación de la vega que ofrecen una panorámica de los diferentes paisajes del valle como el olivar, el páramo, la cuesta, la vega y el soto. El camino principal en la M-228, junto al puente de Tajuña, al otro lado del río ha sido señalizado. En nuestro camino veremos espléndidas vistas del valle y vega del Tajuña, desde los dos miradores, el Mirador del Valle y el Mirador de la Ermita. La vegetación y la fauna van a ser variadas ya que pasearemos por dos unidades paisajísticas claramente diferenciadas, como son la ribera del río y los cerros de cultivos mediterráneos y secanos como los olivos y los cereales. Llegamos a la Fuente de Valdecañas, con descansadero, bancos y zona arbolada. Posteriormente, esta ruta continúa explorando nuevos caminos, cruzándose en su camino con distintas fuentes como la Fuente del Sacristán y la Fuente del Arce.

Longitud: 10 km

Dificultad: media. Circular. Señalizada

 

Carabaña (cerrado)

Conjunto patrimonial compuesto por la fábrica de embotellado de finales del siglo XIX y el pequeño apeadero Chávarri de principios del siglo XX, donde se expedía el agua embotellada, justo enfrente a estas construcciones se ubica la antigua central eléctrica de Chávarri que suministraba energía al conjunto de las instalaciones, y los restos del antiguo hotel, construido para albergar un balneario, cuyas obras se paralizaron durante la Guerra Civil y que acabo siendo la residencia de la familia Chávarri.

La historia de las famosas aguas de Carabaña, de reconocido prestigio mundial, comienza a finales del siglo XIX cuando el químico Jacinto Chávarri prueba las aguas durante una cacería y comprueba, tras unos análisis, las excelentes propiedades medicinales. Esto le llevó a explorar el manantial y a levantar primero una fábrica, que bautizó con el nombre de Aguas Minerales Naturales de Carabaña La Favorita, y luego construir un balneario, obligado por una disposición gubernamental, que nunca abrió sus puertas. Mucha historia concentrada en tan poco espacio: el viejo complejo industrial Aguas de Carabaña está formado por la planta embotelladora, el apeadero y una central eléctrica. El antiguo balneario y los pozos de la mina quedan un poco más arriba, al pie del cerro de Cabeza Gorda. Bonito paseo para hacerlo a pie cuando las temperaturas acompañan. Al cruzar la Vía Verde, nos encontramos con el antiguo caserón destinado a ser balneario, y que en tiempos de guerra fue ocupado por el Estado Mayor Republicano. Al lado vemos el pozo principal y, vale la pena bajar, a uno de los manantiales para comprobar el misterio de la naturaleza. De las entrañas de estos cerros de yeso fluyen aguas únicas y exclusivas, purgantes, depurativas y antisépticas por la rica mineralización en sulfato de sosa, cloruro de calcio y sulfuro de sodio. Esta cueva que iba a ser destinada para circuito termal, acabó siendo un polvorín durante la Guerra Civil.

 

Fábrica embotelladora

El edificio de la fábrica data de finales del siglo XIX y era empleada como planta de embotellado de las aguas. Es una nave de planta casi rectangular, situada en paralelo a la carretera, que cuenta en su extremo occidental con otra edificación que servía de vivienda a los propietarios, y que hoy se ha rehabilitado como Albergue Juvenil.

 

Central eléctrica de Chávarri

Pequeña central hidroeléctrica, situada a orillas del río Tajuña, a la que se llega tomando un desvío a la derecha justo enfrente de la nave de embotellado de agua y tras recorrer 100 metros. Se construyó a finales del siglo XIX sobre un viejo molino harinero, en mampostería de caliza gruesa y se creó para abastecer a las instalaciones de la fábrica de embotellamiento de agua. Su valor estético reside tanto en el diseño y composición técnicos, como en el tratamiento y solución de su fachada.

 

Apeadero de Chávarri

Cerca, a unos metros de la fábrica de embotellado de agua de Carabaña, está el apeadero de tren de Chávarri. Es una estación construida a principios de siglo XX y que estuvo destinada exclusivamente a muelle de carga de las botellas y garrafas de Agua de Carabaña.
Actualmente acoge un Centro Medioambiental y es un Punto de Información Turística.

 

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