Encina milenaria del palacio de Legarda

Se trata de un ejemplar con más de 600 años de historia con una altura de 15 metros, un perímetro de base de 4,5 metros y una copa de 28 metros, cuyas ramas inferiores se comban bajo su peso, llegando a tocar el suelo. Ha sido catalogada como árbol singular de la Comunidad de Madrid. Sobre el palacio de Ambite y su milenaria y gigantesca encina existen numerosas leyendas: una de ellas es la que nos cuenta que en el palacio vivía cautiva una joven y bella princesa, que a la espera de que un caballero la salvara de su cautiverio, dejó caer sus lágrimas sobre una bellota, que germinó en la tierra, dando lugar a la gran encina. También se cuenta que, abandonada por su amado, le esperaba todos los días al lado de la encina y si comía una bellota dulce significaba que volvería, y si era amarga que no. Basándose en esta leyenda todavía algunos novios, (para evitar renuncias inesperadas) se dirigen junto a la encina y prueban una bellota, con la esperanza de que su sabor sea dulce.
“En la Edad Media un guerrero venía a sentarse a la sombra de la encina en compañía de una hermosa doncella. Un día marchó a la guerra el caballero y desde entonces todas las tardes venía a llorar la doncella al pie del árbol, y después tocaba una rama. Pasó mucho tiempo sin tener noticias de él y volvió a llorar a la encina, pero ya sin esperanzas de verlo.
Las ramas que tocó en el primer tiempo dieron desde entonces fruto dulce y las restantes fruto amargo”. “Mezcladas en el suelo, la tradición afirma que la felicidad de los novios depende del sabor de estos frutos”.
A. López Lillo, M. Rivas y J. Araujo “Árboles Monumentales de Madrid”

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